lunes, 31 de diciembre de 2007

El despertar

Para despertar
basta con incorporarse, sentirse palmo a palmo la piel.
Pero falta
una llaga muestra la avidez de carne
la incompletez, el desgarro.
De pronto un salto al vacío, un hipo de la consciencia y yá no se está
Luego querer sentir el despertar palmo a palmo contra la luna
será querer verse vigilante de tímidos remedos, de dolorosos crepúsculos
en los que se desgaja la noche de algún tiempo cercano

Elle

Hoy hago visible a aquella cuya sola presencia invoca al vacío
cuyo llanto evoca el clamor que arrastra en su pesada consciencia la muerte.

Pienso en tí, siento tu cercanía
y tengo que soportar toda esta vastedad de muertos repleta
Se talla en mi piel la desolación de tus días idos y de los que vendrán

Mi dulce hermana, cuando te hago visible
provocas en mí la capacidad de hacerme daño
de arrastrarme hasta el fondo de tu tiempo de ceniza
que el más tímido soplido desmorona.

Futuro

Cae la noche
el cansancio habitual.
Ese desgarrarse los ojos
del peso de todo lo vivido
de todo lo tragado.
Aquí comienza a trinar el pájaro
los cálidos colores de la mañana.

sábado, 29 de diciembre de 2007

En otro papel

He cambiado la tinta y del papel sus duros pliegues.
Quiero brindarte macerado el futuro que cubrirá el rostro de tu linaje.
A ojos abiertos un día te sabré noche y sostendré con mi mirada luna su penumbra.
La hoja que del árbol cae, de cóncavas huellas sobre la tensa superficie se declara otra. Él se desgaja en cada hoja, instante limítrofe de su tiempo de árbol.
He cambiado la tinta y del papel sus duros pliegues.
Se quiebra la artesa y vierte sobre mis pies el hambre que otróra aguardamos; y ahora mi hijo recoje migajas sin saciarse.
Imagen ennegreces el jardín de mi infancia. Espectro pesa tu predicción desgarrando mis campos, desangrando mi vientre que prolija de cultivar en su fértil tierra.
Mi hombre se fué a la guerra y ahora tengo un trozo de cráneo devorado por sus hambrientas costumbres.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Inconclusa

No sabremos cuando habrán cesado nuestros pasos por este mundo para el momento en que nos es dado saber que nuestro tiempo ha terminado.

Miedo

El inmenso horizonte se hace aún más ancho al percibirlo sin distancias, sin límites.
Este horizonte es inhabitable.

Describen mis palabras todo aquello a lo que nuestra voz no alcanza.

Es el miedo, el miedo a andar y detenerse, a quedarse de pronto suspendido en el vacío. El miedo que dibuja nuestros eternos silencios.

Más siempre existe la pregunta por lo que habita en el limbo. Por satisfacerla persisto.

Ahora te parece sencillo

El sabor dulce de este café es simple al tacto, sencillo distinguir su sabor en mi boca, diluir su textura en mi lengua.

A veces siento la vida pasar por entre mis dedos con el devenir de un curso rigurosamente lógico.

Esta forma de entrar en escena expedita me muestra la vía a la salida, cada tramo ha sido finamente labrado por el sentido común. Existe una moneda con una sola cara no hay más que elegir, apostar seguro de que siempre se va a ganar.

Esta simpleza que otros llaman sensatez en mi vida, me asusta. A la sombra de los últimos días no quiero preguntarme cuándo y en qué momento.

Alto sol

Alto sol, vastos campos. En el camino tu figura danza a lo lejos refleja como tonos, como sombras, como un paso largo y quedo en la tibia luz de la mañana.

Creo que se aproxima balanceándose rítmicamente, su melodía describe el olor del alto y espeso follaje, del despliegue y arduo aletear de mariposas y de pájaros.

En esta hondonada y clara mañana cerca el campo tu sombra y no hay en los repliegues del mundo un grano de tierra que se ofrezca como lanza para detener tu llegada.

Ahora frente a mí yace un hombre de quién desconozco su figura. Los colores reflejan el matiz de un rostro sin forma. Una mueca desdibujada y triste me da la bienvenida.